Otra mesa, La «Ledesma Ramos», ofrece 10 plazas y posibilidades de ampliar nuestros conocimientos de Güija, en compañía de aquellos de nuestros ilustres parroquinanos con las manos más largas. El tablero, una reliquia, recuperado del primitivo taller de guarnicionería de la casa Loewe, y posteriormente custodiado por el camarada Guzman, (uno de los más inteligentes fundadores de la Falange), ofrece un magnifico tapiz espiritual para la exploración psíquica solo al alcance de muy pocos elegidos.